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Foto del escritorPierrick Massé

EL ÁNGEL DE FUEGO de Sergéi Prokofiev

Actualizado: 21 abr

DATOS PRÁCTICOS

Fechas: Del 16 al 26 de febrero 2022

Entradas: De 16 a 413 euros ver enlace


Entre los días 22 de marzo y 5 de abril, el Teatro Real ofrecerá 10 funciones de El ángel de fuego, de Sergéi Prokófiev, (1891-1953), en una producción con dirección de escena de Calixto Bieito, estrenada en 2017, con gran éxito e impacto, en la Ópera de Zúrich y dirección musical de Gustavo Gimeno.




El ángel de fuego es la sexta de las diez óperas compuestas por Sergéi Prokófiev (1891-1953), que dejaría inacabadas otras cuatro. La originalidad, irreverencia y libertad expresiva de títulos anteriores, como El jugador o El amor de las tres naranjas, habían forjado ya su destreza en la escritura operística que, con El ángel de fuego, recibiría un nuevo impulso.

La obra, con libreto del compositor basado en la novela homónima del escritor simbolista ruso Valeri Briúsov (1873-1924), tuvo una larga y accidentada gestación (de 1919 a 1927) y un camino no menos difícil después de concluida la partitura.

Su trama satánica, grotesca y delirante relata, a lo largo de siete escenas (en cinco actos), el camino truculento de Renata, poseída por espíritus malignos desde la aparición sobrenatural, en su infancia, de Madiel, el ángel de fuego, hasta su trágico final.

El libreto, que une la alquimia, la brujería, la cabalística, el exorcismo o la inquisición vigentes en la Alemania oscurantista pre-luterana, originó una partitura con un lenguaje de tintes expresionistas, que se aleja de la herencia nacionalista, privilegiando los tonos sombríos y la incorporación de pasajes disonantes, melodías vocales ásperas y declamaciones arraigadas a la prosodia del ruso. La orquestación salvaje, vibrante, contrastante, ‘obsesiva’, lírica y sobrenatural, mantiene una tensión dramática casi cinematográfica. (Prokófiev sería un grandísimo compositor de bandas sonoras, sobre todo en sus geniales colaboraciones con Serguéi Eisenstein, de Alejandro Nevsky a Iván el Terrible).

La ópera, en cuyo libreto ambiguo y desconcertante subyacen la violencia sexual, trastornos psíquicos, prácticas macabras, perversidad, fervor religioso, etc., provocó el rechazo de varios teatros hasta su estreno en 1954, ya después del fallecimiento de Prokófiev, en una versión de concierto, traducida al francés, en el Théâtre des Champs-Elysées. Al año siguiente, en 1955, la ópera finalmente se escenificó, bajo la dirección de Giorgio Strehler, y llegó, en italiano, a la Fenice de Venecia. Su presentación en la versión original en ruso tiene lugar, discretamente, en Perm, en 1987. En Rusia, donde la ópera estuvo prohibida durante todo el período soviético, El ángel de fuego subió finalmente al escenario del Teatro Kirov de San Petersburgo en el marco de las conmemoraciones del centenario de Prokófiev, en 1991.

La producción concebida por Calixto Bieito, con dramaturgia de Beate Breidenbach, rehúye el esoterismo del libreto, arquetipo del simbolismo ruso, y profundiza en el drama real de la protagonista. En su mente enajenada y herida, se suceden las escenas de la ópera como destellos de la memoria, recreadas en las habitaciones dispuestas en una estructura giratoria diseñada por la escenógrafa Rebecca Ringst que, con la iluminación de Franck Evin y los vídeos angustiantes de Sarah Derendinger, se transforma en una verdadera casa de los horrores. Solo una bicicleta, símbolo de la libertad, fragilidad y fuga de Renata, recuerda la inocencia perdida de su infancia.


La dirección musical estará a cargo de Gustavo Gimeno, director valenciano de reconocido prestigio nacional e internacional, que debutará en el foso del Real, al frente de un doble reparto encabezado por las sopranos Ausrine Stundyte y Elena Popovskaya (Renata), los barítonos Leigh Melrose y Dimitris Tiliakos (Ruprecht) y los tenores Dmitry Golovnin y Vsevolod Grivnov (Agrippa von Nettesheim / Mefistófeles), las mezzosopranos Agnieszka Rehlis y Olesya Petrova (La Madre Superiora / Vidente), los bajos Mika Kares y Pavel Daniluk (El Inquisidor), que actuarán junto al Coro y la Orquesta Titulares del Teatro Real.


Desde la reapertura del Teatro Real, en 1997, se han presentado en su escenario tres óperas de Sergéi Prokófiev: Guerra y Paz, en 2001, en una producción del Teatro Mariinsky, con dirección musical de Valery Gergiev y dirección de escena de Andréi Konchalovski; El amor de las tres naranjas, en 2006, en una coproducción del Teatro Real con el Festival de Aix-en-Provence, con dirección musical de Tugan Sokhiev y escénica de Philippe Calvario; y, en ese mismo año, Semyon Kotko, con la Orquesta y Coro del Teatro Mariinsky, bajo la dirección de Valery Gergiev.

El Teatro Real estrena finalmente en España El ángel de fuego, cuando, poco a poco, los teatros de todo el mundo recuperan esta ópera incomprendida en su tiempo, cuyos tenebrosos senderos simbolistas conducen a lo más hondo, indecible y oscuro del alma humana.




EQUIPO ARTÍSTICO


Director Musical I Gustavo Gimeno

Director de Escena I Calixto Bieito

Escenógrafa I Rebecca Ringst

Figurinista I Ingo Krügler

Iluminador I Franck Evin

Diseñadora de video I Sarah Derendinger

Dramaturga I Beate Breidenbach

Director del Coro I Andrés Máspero

Coro y Orquesta titulares del Teatro Real (Coro Intermezzo / Orquesta Sinfónica de Madrid)


REPARTO

Renata I Ausrine Stundyte - 22, 25, 28, 31 mar; 3, 5 abr

I Elena Popovskaya - 23, 26 mar; 1, 4 abr

Ruprecht I Leigh Melrose - 22, 25, 28, 31 mar; 3, 5 abr

I Dimitris Tiliakos - 23, 26 mar; 1, 4 abr

Agrippa von Nettesheim / Mefistófeles I Dmitry Golovnin - 22, 25, 28, 31 mar; 3, 5 abr

I Vsevolod Grivnov - 23, 26 mar; 1, 4 abr

La Madre Superiora / Vidente I Agnieszka Rehlis - 22, 25, 28, 31 mar; 3, 5 abr

I Olesya Petrova - 23, 26 mar; 1, 4 abr

El Inquisidor I Mika Kares - 22, 25, 28, 31 mar; 3, 5 abr

I Pavel Daniluk - 23, 26 mar; 1, 4 abr

Posadera I Nino Surguladze

Fausto I Dmitry Ulyanov

Jackob Glock / Doctor I Josep Fadò

Mathias / Posadero I Gerardo Bullón

El Conde Heinrich / El Padre I Ernst Alisch

Camarero I David Lagares

Novicia I | Estibaliz Martyn

Novicia II | Anna Gomà





ARGUMENTO:

La acción tiene lugar en la Alemania del siglo XVI, especialmente en la ciudad de Colonia.


ACTO I

Es de noche y el caballero Ruprecht, que acaba de llegar de América, se aloja en un sórdido albergue. Su propietaria le ofrece la que ella considera su mejor habitación. Una vez instalado, Ruprecht es alarmado por una serie de extraños sonidos que le llegan de la habitación vecina. Logra descifrar unos gritos de dolor como si alguien, una joven, estuviera perseguida por demonios.

Picado por la curiosidad y la compasión, el caballero acude en ayuda de la muchacha. Esta dice llamarse Renata y le cuenta su inquietante historia. Siendo niña tuvo la aparición de un ser que para ella resumía todas las bellezas y los placeres del mundo. Era como un ángel de fuego, rodeado de llamas, con cabellos dorados y ojos azules. Con é1, noche y día, compartía sus juegos y diversiones. Se hacía llamar Madiel.

Cuando Renata llego a la pubertad, le confesó la intensidad de sus deseos y el ángel desapareció prometiendo regresar con forma humana.

Ya adulta Renata conoció a un noble, el conde Heinrich en quien creyó reconocer a Madiel hecho humano. Formalizaron una relación viviendo juntos gozando de una etapa de común felicidad. Sin ninguna explicación, de pronto el conde Heinrich desapareció. Desde entonces Renata lo busca ansiosamente.

Tras el relato, Renata entra de nuevo en crisis y sus gritos y sollozos alertan a la dueña de la casa preocupada por el escándalo. Ruprecht se hace cargo de Renata. Tras la piedad que le hacen sentir los tormentos de la joven ha nacido una repentina atracción amorosa. En consecuencia, se siente responsable de su destino. Presionados por la dueña del albergue, Ruprecht y Renata abandonan la casa.

ACTO II

Una habitación confortablemente amueblada a través de cuyos ventanales se vislumbra un rincón de Colonia. Es la morada donde residen desde hace algún tiempo Ruprecht y Renata. En sus ratos libres la pareja ha emprendido serios estudios de magia, con textos que les facilita el librero Jakob Glock. Con ello pretender localizar a Heinrich. Renata invoca al espíritu del conde que parece responder a la llamada cuando se oyen unos siniestros golpes.

Pero finalmente se trata de una ilusión ya que esos golpes anuncian la llegada de Glock que les aconseja que acudan a un especialista en magia negra llamado Agrippa de Nettesheim.

El cuadro segundo de este acto tiene lugar en el gabinete de ese doctor especializado en magia negra. El lugar, con su decoración y sus objetos, no ofrece la menor duda del oficio al que se ocupa su morador. Todo ello muy apropiado para la singular conversación que allí se desarrollará. Ruprecht pide consejo a Agrippa y este le pone en guardia con respecto a la magia que domina. En definitiva, acaba por rechazar la petición del caballero. Tres esqueletos que forman parte de la decoración y que son restos de sus experimentos ponen en duda las palabras del doctor cuando este afirma que la magia es el modelo de las ciencias exactas de la Naturaleza.

ACTO III

Se ha localizado, se cree, la casa donde vive en Colonia el conde Heinrich. En la calle y frente a la mansión Renata se encuentra por casualidad con Heinrich, pero éste la rechaza tratándola de bruja. Renata, para vengarse, incita a Ruprecht para que desafíe a un duelo al conde. Si le mata, le dice, sera suya para siempre.

Mientras en la calle Renata invoca a Madiel rogándole que se haga presente, Ruprecht entra en la casa decidido a retar al conde. En el colmo de su excitación Renata ve al conde asomada a la ventana de su casa. Se convence de nuevo que es la encarnación de Madiel y le grita a Ruprecht que no le haga daño. En el cuadro siguiente en un paraje a orillas del Rin, Ruprecht al seguir las órdenes de Renata de no dañar al conde es herido gravemente por éste. El conde huye y Renata promete a Ruprecht que, si se cura, le compensará con su amor por todos los problemas ocasionados. Se escuchan unas voces que se mofan de esta promesa. Acude un médico para atender al herido.

ACTO IV

En una taberna en una recóndita plaza de Colonia, Ruprecht que ha sido curado gracias a las atenciones de Renata, desea casarse con ella.

La muchacha no acepta la propuesta porque, aunque está muy agradecida con él, no le ama.

En un arranque de furor dice a Ruprecht que es el diablo y se hiere con un cuchillo que arroja luego a la cara del asombrado caballero. Luego desaparece rápidamente. Al oír la palabra diablo salen de la taberna una inesperada pareja: Fausto y Mefistófeles.

Mefistófeles pide que le sirvan un plato de cordero con una botella de buen vino, pero el camarero, un chico de pequeña estatura tarda en realizar el servicio. Mefistófeles se lo devora, pero ante las protestas del dueño de la taberna acaba por devolverle a la vida.

Al ver a Ruprecht entristecido, ajeno a la extraña escena ocurrida, Mefistófeles y Fausto le hacen compañía.

ACTO V

Tiene lugar en una cripta sombría dentro de un convento de monjas, donde Renata ha entrado como novicia. Como ha sembrado un clima de desorden en tan piadoso lugar, Renata es recriminada por la madre superiora. La preocupación de la madre superiora va mucho más allá que a la mera llamada al orden de Renata y pide ayuda al Inquisidor que llega acompañado de su séquito. Se lleva a cabo un exorcismo que en vez de lograr el efecto deseado despierta en todas las monjas sus sentimientos ocultos más reprimidos volviéndolas agresivas. Inesperadamente hacen acto de presencia Ruprecht, Mefistófeles y Fausto. Al mismo tiempo que Renata se ve dominada por la visión de Madiel, su ángel de fuego, las demás monjas se hincan de rodillas ante Satán. El Inquisidor se siente amenazado y tiene que pedir ayuda para librarse del ataque monjil. Mefistófeles impide a Ruprecht que intervenga. El Inquisidor ordena que Renata acabe en la hoguera.



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Fuentes: Teatro Real de Madrid

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