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Foto del escritorPierrick Massé

VIVA LA MAMMA de Gaetano Donizetti, una divertida parodia del mundo de la ópera.

Actualizado: 21 abr


DATOS PRÁCTICOS

Fechas: del 2 al 13 de junio del 2021

Entradas: de 15 a 413 euros, ver enlace


Entre el 2 y el 13 de junio, el Teatro Real ofrecerá 11 funciones de la ópera Las conveniencias e inconveniencias teatrales (Le convenienze ed inconvenienze teatrali), de Gaetano Donizetti, que se estrenará en el Teatro Real.




La nueva producción del Teatro Real, cuyo título, Viva la Mamma, fue acuñado por el director de cine Helmut Käutner, es una coproducción con las Óperas de Lyon y de Ginebra, donde fue presentada con gran éxito.


Laurent Pelly, que en el Real ha dirigido La fille du régiment (2014), Hänsel und Gretel (2015), El gallo de oro (2017) y Falstaff (2019), vuelve con otro título lleno de humor en el que muestra, una vez más, su genio e ingenio en el tratamiento de la comedia y en la dirección de actores.


También Evelino Pidò estará al frente, nuevamente, del Coro y Orquesta Titulares del Teatro Real, que ya dirigió en La Gioconda (2007) e I puritani (2016). Tres de las 11 funciones estarán dirigidas por José Miguel Pérez Sierra, director musical, recientemente, de Don Fernando el Emplazado.


Un doble reparto dará vida a los grotescos personajes de Donizetti, en el que destacan Carlos Álvarez y Luis Cansino, Nino Machaidze y Sabina Puértolas, Xabier Anduaga y Alejandro del Cerro, Borja Quiza y Gabriel Bermúdez, Sylvia Schwartz y Francesca Sassu, secundados por Pietro di Bianco, Enric Martínez-Castignani, Piotr Micinski y Luis López Navarro.





Esta ópera estrenada en Nápoles en 1827, perteneciente al primer período de la prolífica carrera de Gaetano Donizetti (1797-1848) y durante mucho tiempo olvidada, fue redescubierta en los años 60, y desde entonces viene cautivando a la audiencia. Su título, tan serio como poco atractivo, en nada sugiere la trama burlesca y crítica del libreto, la ironía del texto y la habilidad de Donizetti para burlarse de los cánones de la ópera seria y de la ópera buffa­que entrelaza magistralmente­ y para caricaturizar musicalmente los personajes y situaciones, con chispa, agudeza y gran economía de medios.


El título Viva la Mamma, acuñado por el director de cine Helmut Käutner y reutilizado, con éxito, desde entonces, remite inmediatamente al eje de la trama jocosa de la ópera, en la que el personaje más histriónico es una matriarca ­¡interpretada por un barítono!­ que no se conforma con que su hija cantante sea la seconda donna de la ópera. Y mientras lucha, con todas sus malas artes, para otorgarle el protagonismo de una prima donna, aspira ella misma a tenerlo, a cualquier precio, peleándose por la interpretación de un papel a su medida.


Las conveniencias e inconveniencias teatrales es, pues, una crítica a los excesos y tiranía de los divos, sus mezquindades, envidias y luchas de poder; una parodia sobre las jerarquías en el seno de las producciones operísticas, con los creadores -compositor y libretista- subordinados a los caprichos de los cantantes, disposiciones de los empresarios y arbitrariedades del público.


En el género cómico, la ópera que se mira al espejo y se ríe de su propio mundo ha ocupado un importante lugar, como pasaría posteriormente con los musicales y en un ingente número de películas de Hollywood, que han contado los sueños, desengaños, ambiciones y espejismos del mundo del celuloide y del papel cuché.


Es precisamente ese universo centelleante de Broadway y de la fiebre modernizadora de los años 50 que sirve de inspiración a la producción creada por Laurent Pelly ­que también firma el vestuario­, con escenografía de Chantal Thomas, iluminación de Joël Adam.


Concebida como un flash-back, la trama se desarrolla en un parking construido en un espacio ­para siempre mágico­ que antes había ocupado un teatro de provincias, demolido sin contemplaciones. Por ahí desfilan los arrebatadores y excesivos personajes que antes brillaron en su escenario, como espectros henchidos de ternura y poesía con la pátina del tiempo. Un universo con claras reminiscencias del teatro de variedades y del célebre musical Follies, de Stephen Sondheim, que disfraza la autocrítica de diversión, la burla, de reflexión, siempre con una pizca de melancolía en la evocación de un pasado de luces y purpurina.




ARGUMENTO


ACTO I

Escena 1

En el teatro de la ciudad de Lodi se reúne una pequeña troupe: Daria, la prima donna, y su marido, Procolo; Luigia, la seconda donna; Guglielmo, un tenor alemán; Pippetto, un contratenor, y varios coristas. Todos están ensayando Romolo ed Ersilia, la nueva ópera de Biscroma, el maestro, compositor y director de orquesta, y Cesare, el poeta y libretista. Casi todos están descontentos con su papel y piensan que el de sus compañeros es mejor y más lúcido. El empresario les recuerda cuál es su deber como artistas y Biscroma los cita a todos a las cinco en punto para un ensayo.

Escena 2

Mamma Agata, la madre de Luigia, llega armando un gran alboroto para exigir que le den a su hija un papel más importante en la obra y Biscroma le promete vagamente que se encargará de ello. Mientras tanto, el libretista lee a los presentes cartel del espectáculo, que no satisface a nadie: todos quieren figurar en el primer lugar. Exasperados, Guglielmo, Pippetto y Luigia se marchan. Daria, la prima donna, intercambia palabras amargas con mamma Agata, que le recuerda que antes de ser famosa solía vender pasteles en la calle. Procolo defiende a su «señora esposa» y recuerda su precoz talento y sus éxitos internacionales, pero mamma Agata discute airadamente con Daria sobre el dúo que ella se niega a cantar con Luigia, la seconda donna.

Escena 3 y 4

El empresario viene a anunciar, muy contrariado, que el contratenor ha abandonado la compañía. mamma Agata se ofrece inmediatamente a reemplazarlo en el papel de Romulus. A falta de mejor solución, el empresario y Cesare, el libretista, aceptan a regañadientes su propuesta.

Escena 5, 5bis y 6

Tanto Biscroma, por la música, como Cesare, por el libreto, están muy preocupados por los cortes y arreglos que se han hecho necesarios por el cambio en el reparto. Guglielmo, el tenor, reclama su dúo y mamma Agata dice estar lista para interpretar su papel. A pesar de los esfuerzos de Bicroma, el ensayo resulta un desastre. Guglielmo se niega categóricamente a cantar el dúo con mamma Agata y tiene lugar una gran discusión, se rompen algunas partituras y se producen desmayos más o menos simulados. mamma Agata abandona la escena y Guglielmo se marcha definitivamente.

Escena 7, 8 y 9

Procolo y Daria se reúnen con la troupe. El empresario anuncia que tanto el contratenor como el tenor se han marchado. Es el turno de Procolo de ofrecer sus servicios, pero con la condición de que "su señora esposa no cante papeles secundarios” con Luigia. Mamma Agata amenaza con retirarse y lo mismo hace Daria.

La tormenta está a punto de estallar cuando aparece Cesare con las escenas modificadas, los periódicos y cartas para los dos cantantes. La que Luigia recibe de su agente en Livorno amenaza con romper su contrato si acude acompañada de su madre. Biscroma y Cesare reelaboran su trabajo, Procolo lee malas críticas de los periódicos en voz alta, mamma Agata aconseja a Luigia sobre la respuesta que debe dar a su agente, y Daria hace de prima donna.

Escena 10

Entra el empresario, que los invita a reanudar el ensayo. Los artistas ponen excusas y pretextos y rechazan la proposición. El empresario decide llamar a la fuerza pública: para alegría del compositor y del libretista, los gendarmes se llevan detenidos a Procolo y a Mamma Agata. Prudentemente, Daria y Luigia deciden volver al ensayo, una del brazo de Cesare y otra del de Biscroma.


ACTO II

Escena 11, 11bis y 12

El tenor, que antes había dejado la producción enfurecido, se cuela en el teatro vacío y canta una última aria, dando rienda suelta a su decepción y a su amor por el escenario. El empresario y Cesare se preparan en el escenario para empezar el ensayo cuando aparece mamma Agata acompañada de Luigia y Procolo pavoneándose.

Escena 13

El ensayo puede comenzar, con Procolo como un guerrero magnánimo y mamma Agata como una pobre víctima. El ensayo es un espectáculo en sí mismo: ni Procolo ni mamma Agata saben leer música y difícilmente el texto. Para desesperación de los autores, la obra se convierte en una tragedia cómica.

Última escena

La mascarada es interrumpida por el empresario, que trae malas noticias: el director del teatro ha cancelado la representación a causa del abandono del tenor y del contratenor. La situación es complicada, porque todos han gastado ya parte de sus honorarios. Procolo propone abandonar la ciudad a escondidas por la noche, proposición que la troupe aprueba con entusiasmo en medio de una desbandada general.




Equipo artístico

Director musical Evelino Pidó (días 2, 3, 4, 5, 6, 9, 11, 13)

José Miguel Pérez Sierra (8, 10, 12)

Director de escena y figurinista Laurent Pélly

Escenógrafa Chantal Thomas

Iluminador Joël Adam


Reparto

Daria, la prima donna Nino Machaidze (días 2, 4, 6, 9, 11, 13)

Sabina Puértolas (3, 5, 8, 10, 12)

Procolo, el marido de Daria Borja Quiza (2, 4, 6, 9, 11, 13)

Gabriel Bermúdez (3, 5, 8, 10, 12)

Biscroma Stappaviscere, director de orquesta Pietro Di Bianco

Agata, la madre Carlos Álvarez (2, 4, 6, 9, 11, 13)

Luis Cansino (3, 5, 8, 10, 12)

Luigia, la seconda donna Sylvia Schwartz (2, 4, 6, 9, 11, 13)

Francesca Sassu (3, 5, 8, 10, 12)

Guglielmo, el primo tenore Xabier Anduaga (2, 4, 6, 9, 11, 13)

Alejandro del Cerro (3, 5, 8, 10, 12)



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Fuente: Teatro Real de Madrid.


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