LA VIDA BREVE / TEJAS VERDES
DATOS PRÁCTICOS>> Teatro Real, Pl. Isabel II, s/n, Centro, 28013 Madrid >> Del 13 al 22 de febrero 2025 >> Desde 18 € ver enlace |
El Teatro Real ofrecerá, entre el 13 y el 22 de febrero, 6 funciones de una nueva producción que une dos óperas cortas españolas: La vida breve, de Manuel de Falla, y el estreno mundial de Tejas verdes, de Jesús Torres.

Dos historias de amor truncadas por un contexto social brutal y despiadado: Salud, la joven gitana de La vida breve, se enamora de un hombre de diferente clase social que la humilla y desprecia con la complicidad de los suyos; Colorina, protagonista de la segunda ópera, “desaparece” en el centro de detención y tortura de Tejas Verdes por amar a un insurgente revolucionario.
La vida breve, que Manuel de Falla no pudo estrenar en el Teatro Real como era su deseo, fue la obra elegida para su reinauguración, en 1997, junto con el ballet El sombrero de tres picos. La obra vuelve ahora al Real, 28 años después, con la puesta en escena profunda, poética y descarnada de Rafael R. Villalobos, que rehúye el costumbrismo y se acerca al complejo universo de las mujeres lorquianas que el drama de Carlos Fernández Shaw -autor del libreto- anticipó, ya que la ópera se estrenó en 1913, mucho antes de que nacieran Bernarda Alba, Yerma o Mariana Pineda.
La lucha de clases que late, como en la fragua, a lo largo de toda la ópera -Malhaya quien nace yunque en vez de nacer martillo- impide a la protagonista, Salud, vivir su gran amor, cautiva de un estrato social del que jamás se podrá liberar, como el pajarito moribundo en su jaula o las rejas desde las que ve, con la mirada y el alma entrecortadas, la boda de su amor, Paco, con una mujer del mismo rango.
Del cautiverio de la primera parte, con muros que evocan las calles de Granada -escenografía de Emanuele Sinisi a partir las obras Insomnios y Leche y Sangre, de Soledad Sevilla- se pasa a la cárcel de la segunda ópera, Tejas verdes, cuyo nombre designa un campo de prisioneros creado en 1973 en Chile, tras el golpe de estado del general Pinochet, destinado a la detención, tortura y desaparición de presos políticos.
Partiendo del libro de Fermín Cabal (1948-2023) -un collage de relatos de mujeres que sobrevivieron a las experiencias traumáticas en el centro de detención Tejas Verdes- el compositor Jesús Torres, con la ayuda del escritor como libretista, trasciende el lugar y el tiempo de la obra, concentrándose en la universalidad del drama de los perseguidos y asesinados por razones políticas.
La ópera, escrita para seis solistas femeninas -tres sopranos y tres mezzosopranos- y dos coros -de mujeres y de hombres- narra, en líneas temporales que se cruzan y superponen, las vicisitudes de la “desaparecida” Colorina, joven con nombre de pájaro a la que recluyeron y torturaron en Tejas Verdes únicamente por la relación amorosa que mantenía con un insurgente revolucionario.
La protagonista, entre la realidad y la ensoñación, comparte los recuerdos, miedos, anhelos y angustias que vivió en Tejas Verdes, interactuando con otras mujeres llenas de zonas grises y contradicciones, victimas todas ellas, de una dictadura que legitima la tortura, el asesinato, la calumnia, el terror y la impunidad.
Un coro femenino, que actúa como un desdoblamiento de los pensamientos de la protagonista, alivia la dureza de los relatos, que se expanden a través de la bella y lacerante poesía carcelaria de Miguel Hernández, cuyos versos ahondan la carga emocional del drama. Como contrapunto, un potentísimo coro de hombres encarna las fuerzas del orden y de la represión, ya sean militares, policías, juristas o funcionarios adscritos a los perversos mecanismos de control del régimen.
La orquesta tiene un papel preponderante en la trama, llegando a donde no alcanzan las palabras, o reforzándolas cuando a la voz le falta aliento. Para ello Jesús Torres ha añadido a la plantilla sinfónica estándar un piano, una celesta, un acordeón, un saxofón y una amplísima sección percusión -que incluye, además de cuatro sets y timbales, también una campana japonesa, platos chinos, planchas metálicas, cencerro, bloques de metal suspendidos, cadenas o un Steel Drum- que deberán tocar siete músicos.
Esta paleta orquestal permite una riquísima riqueza tímbrica y armónica, a la que se unen algunos efectos dramatúrgicos como la compleja textura heterofónica con voces grabadas que se emiten por 24 altavoces, en la escena del cementerio, o la grabación de las campanas que se funden con la orquesta en la primera escena.
La música de Jesús Torres, libre de etiquetas y al margen de clasificaciones limitadoras, nace de las necesidades dramatúrgicas de la trama y acompaña la prosodia del castellano con un lenguaje mayoritariamente tonal, alejado de las corrientes estructuralistas y experimentales. En sus páginas afloran elementos de la polifonía ibérica, de la tradición europea finisecular e, incluso, aromas hispánicos que le unen a Manuel de Falla.
Así, también musicalmente, gana sentido la dramaturgia concebida por Rafael R. Villalobos al presentar ambas óperas en un díptico que incide en las relaciones semióticas representadas en la jaula, las rejas, o la cárcel, alrededor del concepto de libertad y de su privación, y donde los personajes de una y otra fábula se entremezclan creando un hipertexto.
Las dos óperas están unidas por sus protagonistas, cuyo amor les conduce a la muerte: Salud, la ingenua gitana de La vida breve, se enamora de un hombre de diferente clase social que la traiciona y es víctima de una sociedad inclemente; Colorina, la joven desaparecida de Tejas verdes, ama a un militante revolucionario terminando devorada por la dictadura.
Los personajes transitan de una a otra ópera, destacando en La vida breve la soprano Adriana González (Salud), el tenor Eduardo Aladrén (Paco), la mezzosoprano Ana Ibarra (La abuela), el bajo Rubén Amoretti (El tío Sarvaor) y la cantaora María Marín; y en Tejas verdes las sopranos Natalia Labourdette (Colorina) y Alicia Amo (Delatora), y la mezzosoprano Ana Ibarra (Doctora) -única solista que canta en ambas óperas-, secundadas por la soprano Maria Miró (Hermana) y las mezzosopranos Sandra Ferrández (Madre) y Laura Vila (enterradora).
La producción cuenta con coreografía de Estévez / Paños y Compañía y la participación de los bailarines José Alarcón, Adrián Gómez, Sara Jiménez, Pol Martínez, Jorge Morera y Yoel Vargas.
La dirección musical de ambas óperas, con distintos lenguajes musicales y expresivos, será de Jordi Francés, que tiene en su haber varios estrenos mundiales de óperas españolas. Estará al frente de la Orquesta y del Coro Titular del Teatro Real, este último preparado por su director, José Luis Basso.

Sinopsis
LA VIDA BREVE
ACTO I
Cuadro primero
Corral de una casa de gitanos en el Albaicín. Al fondo, se divisa el negro interior de una fragua, de la que surgen voces y exclamaciones de los trabajadores en plena faena. La Abuela está cuidando unas jaulas con pájaros y compara uno de ellos, enfermo, con su nieta Salud, aquejada de mal de amores. Aparece esta que, en efecto, se lamenta de que su prometido, Paco, no llega. La Abuela intenta tranquilizarla, pero Salud insiste en sus quejas y le pide a su abuela que suba a la azotea para que busque a Paco por la plaza. La joven se siente renacer de repente y estalla de alegría cuando llega la Abuela para decirle que ha visto a Paco, que está ya en la casa. Ella le reprocha lo tarde que ha llegado, pero él la tranquiliza diciendo que lo ha hecho a la hora de siempre y que no hay motivo para sus resquemores. Presa de una gran agitación, Salud le exige a Paco que le asegure que nunca la va a dejar. Este le declara su amor eterno y ambos jóvenes se sumen en el deleite del amor. Se oyen una vez más las premonitorias voces de la fragua, tras lo cual aparece el tío Sarvaor dispuesto a matar a Paco. Se ha enterado de que el domingo próximo se casa con una chica rica y guapa. La Abuela le ruega que no le diga nada a Salud, que sigue embelesada en brazos de su amado, y ambos se retiran al interior de la casa para que él le cuente más detalles.
Cuadro segundo
Vista de Granada desde el Sacromonte, con las majestuosas torres de la Alhambra. Se oyen ecos de voces y se ve cómo Salud y Paco salen de la casa y se despiden. Oscurece y se van apagando los ecos de las voces. El tío Saravor, al que contiene la Abuela, sale de la fragua con actitud amenazadora.
ACTO II
Cuadro primero
Una calle de Granada con una amplia fachada de una casa, por cuyas ventanas se ve el patio, en el que tiene lugar una fiesta. Un cantaor se arranca por soleares en honor de Paco y de Carmela, que celebran su boda. Llega Salud que, desgarrada de dolor, solo desea la muerte tras contemplar con sus propios ojos a través de la ventana la traición de su antiguo prometido. Llegan la Abuela y el tío Sarvaor, que encuentran a Salud dispuesta a entrar en la casa y ver a Paco. La joven insiste en sus lamentos y sus reproches, mientras la Abuela y el tío Sarvaor maldicen al traidor: Salud acierta a oír la voz de Paco entre el tumulto de la fiesta y, deseosa de que él oiga también la suya se pone a cantar junto a la ventana. Consigue su propósito y Paco se queda lívido, aunque intenta disimularlo ante su esposa.
Cuadro segundo
El patio de la casa de Carmela y Manuel, engalanado para la fiesta y lleno de invitados. Manuel, hermano de Carmela, muestra su alegría por la celebración de la boda. Paco, en un aparte, expresa sus dudas sobre el modo en que se ha comportado con Salud y, en ese momento, aparecen esta y el tío
Sarvaor. Manuel, tan sorprendido como el resto de los invitados, pregunta a los gitanos qué es lo que quieren. El tío Sarvaor se ofrece a cantar y bailar, pero Salud, en un rapto de rabia, cuenta la verdad y le ruega a Paco que la mate. Tras oír la verdad de labios de Salud, Paco la acusa de mentir y pide que la echen. La joven, rota de dolor, cae muerta. La Abuela entra como una loca. En medio de la confusión, ella y el tío Sarvaor insultan y maldicen al traidor.
TEJAS VERDES
El tiempo se vuelve líquido y los planos de realidad se superponen.
Un tiempo remoto / un tiempo pasado / un tiempo presente / un tiempo indefinido
INTRODUCCIÓN
A lo lejos, las voces de un grupo de presas lamentan que sus gritos no sean escuchados.
ESCENA I
Aislada en su celda, Colorina escucha las campanas de San Esteban, donde la Madre acude a diario a rezar por el paradero de su hija desaparecida. Intenta interpelarla, pero no consigue que ni esta ni la Hermana la oigan a pesar de que solo un muro las separa. Un grupo de militares irrumpe en escena e interroga a un grupo de presas, amenazándolas y dejándolas inertes en el suelo. Colorina describe las vejaciones que sufrió en su detención.
ESCENA II
Colorina y la Delatora describen su encuentro en la oscuridad de una celda, donde la primera presentaba una herida de bala en el pie. Colorina está convencida de que la dejarán pronto libre, algo que la Doctora corrobora, ya que los militares solo están interesados en su novio Miguel. La Doctora señala el gran error de Colorina: haber pedido una revisión médica.
ESCENA III
Un grupo de hombres de bien revisa judicialmente el caso de Colorina. La Doctora justifica la actuación de los militares y ratifica su informe médico negando las torturas. La Delatora lamenta haber confiado en que su compañera de celda saldría en libertad: en realidad el rastro de Colorina desapareció para siempre.
ESCENA IV
La Delatora pregunta a la Enterradora por las fosas comunes y le enseña una foto de Colorina, a quien esta recuerda a la perfección a pesar del elevado número de cuerpos que ha enterrado. La Delatora confiesa con gran remordimiento que fue ella quien delató a su compañera de celda, pero lo justifica alegando las torturas a las que fue sometido su hijo. Un grupo de militares quiebra los huesos del pequeño con un cascanueces. La Delatora sueña con Colorina, quien perdona a su compañera de celda
haberla delatado. A su vez, Colorina sueña en su celda con Miguel: nunca podrán arrebatarle la libertad de haberlo amado.
ESCENA V
Rodeada de presas, el espectro de Colorina escucha de nuevo las campanas de San Esteban, que esta vez doblan en el aniversario de su desaparición. Colorina duda de que los restos sobre los que lloran la Madre y la Hermana sean los suyos, pero le conforta pensar la paz que ambas han encontrado aferradas a esos restos. Colorina siente que su condición de desaparecida la empuja -como a tantos otros- a ser un espíritu errante, y junto a la Delatora, la Doctora, la Madre, la Hermana y la Enterradora aúnan sus voces reflexionando sobre el tiempo, el olvido, la memoria y la necesidad de cerrar heridas que siguen abiertas.
Ficha técnica
EQUIPO ARTÍSTICO
Dirección musical: Jordi Francés
Dirección de escena y vestuario: Rafael R. Villalobos
Escenografía: Emanuele Sinisi
Iluminación: Felipe Ramos
Coreografía: Estévez / Paños Compañía
Asesora plástica: Soledad Sevilla
REPARTO
LA VIDA BREVE
Salud: Adriana González
Paco: Eduardo Aladrén
La abuela: Ana Ibarra
El tío Sarvaor: Rubén Amoretti
Carmela / Vendedora: Carmen Mateo
Manuel: Gerardo Bullón
La voz en la fragua: Alejandro del Cerro
TEJAS VERDES
Colorina: Natalia Labourdette
Hermana: Maria Miró
Madre: Sandra Ferrández
Delatora: Alicia Amo
Doctora: Ana Ibarra
Enterradora: Laura Vila
Coro y Orquesta Titulares del Teatro Real
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