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Los Pilares de la Tierra, el musical: una catedral escénica que hace historia

Foto del escritor: Manuel AlméstarManuel Alméstar

Actualizado: 17 feb

 

¿Qué tienen en común una catedral, un bestseller y un musical de gran formato? ¿Cómo se convierten 1.200 páginas en un espectáculo de tres horas sin que nadie salga corriendo? ¿Y, lo más importante, se puede construir un clásico contemporáneo con canciones y olor a incienso? "Los Pilares de la Tierra, el musical" llega para responder estas preguntas con una puesta en escena ambiciosa, un reparto de lujo y una experiencia inmersiva que desafía los límites del teatro musical.

 

Los Pilares de la Tierra (Beon. Entertaiment)
Los Pilares de la Tierra (Beon. Entertaiment)

Si hay algo que define a "Los Pilares de la Tierra, el musical", es la palabra ambición. Y no podía ser de otra forma, tratándose de la adaptación a gran escala del bestseller de Ken Follett. Con una producción de lujo, un elenco de 27 actores y una producción sin precedentes, esta obra llega a Madrid como estreno mundial para dejar una huella imborrable en el género de los musicales.


El inicio de la obra es hipnótico. Una campanada profunda, cinco monjes en penumbra y un personaje en el centro de la escena pronunciando las palabras: "Él tendría que haber muerto". Con esta poderosa introducción, el público es atrapado desde el primer instante, y la intensidad no hace más que crecer.


El reto de transformar una novela de más de 450.000 palabras en menos de tres horas es titánico, pero el libreto y las letras de Félix Amador logran una reducción gloriosa y fiel a la esencia de la historia. Con una narrativa fluida, el espectador se sumerge en un mundo de poder, ambición y lucha, sin perderse en los detalles ni sacrificar la profundidad de sus personajes. Uno de los mayores aciertos de la obra es su propuesta musical. A diferencia de los esquemas clásicos de los musicales, donde cada protagonista tiene su momentos estelar (si es una historia de amor, la canción de él, la canción de ella, la canción de los dos), Iván Macías nos regala un concierto continuo, donde cada personaje brilla con su propia luz en un in crescendo constante de emoción. No hay tiempos muertos, no hay piezas accesorias: cada número es un momento álgido, una pieza esencial en la construcción de la historia.


La escenografía de Ricardo Cuerda es, sencillamente, impactante. Un planteamiento espacial que juega con alturas, profundidades y una estructura inmersiva que traslada al espectador al corazón de cada escena. La dirección musical se oculta estratégicamente para no distraer al público, reforzando la sensación de estar dentro de la historia. Y si algo rompe con los esquemas previos del teatro, es la experiencia sensorial que nos ofrece la obra: olores a incienso y palo santo, sala totalmente ambientada, efectos de mapping, luces magistralmente diseñadas por Felipe Ramos y Juanjo Beloqui, y una sincronización técnica impecable de Pablo Santos. Cada escena es una auténtica fotografía cinematográfica.


El reparto es una alineación estelar de talento vocal e interpretativo. Cristina Picos (Aliena de Shiring) deslumbra con su timbre dulce y voz brillante, Javier Ariano (Waleran Bigod) con una limpia proyección en el canto, mientras que Julio Morales y Javier Ibarz (Tom Builder y Waleran Bigod) imponen con su fuerza escénica y técnica impecable. Noemí Mazoy (Ellen) y Noelia Cano ofrecen actuaciones memorables, con una destreza vocal que pone los pelos de punta. Pero si hay un villano que hace temblar el teatro, ese es Álex Forriols en el papel de William Hamleigh, una máquina interpretativa que combina potencia, presencia y unos agudos que estremecen.


Un momento final que no pasa desapercibido es la merecida aparición de los músicos en el escenario durante los aplausos, un gesto que pone en valor su extraordinario trabajo bajo la dirección de Lauren Aliganga. Su interpretación no solo acompaña la historia, sino que la engrandece, aportando emoción, tensión y épica a cada escena con una maestría impecable. Este musical no es solo una proeza visual y vocal, sino también una sinfonía perfectamente orquestada donde cada nota, cada luz y cada movimiento cuentan. Aquí, actores, técnicos y músicos no son simples piezas de un engranaje, sino las piedras vivas que, noche tras noche, levantan esta imponente catedral escénica con su entrega y talento.


"Los Pilares de la Tierra, el musical" no solo es un hito en la escena teatral española, sino un ejemplo de hasta dónde puede llegar la ambición cuando está respaldada por talento, creatividad y pasión. Una catedral escénica que, sin duda, marcará un antes y un después en la historia de los musicales.


 

EQUIPO CREATIVO: Dario Regattieri: PRODUCTOR EJECUTIVO; Iván Macías: COMPOSITOR Y PRODUCTOR ARTÍSTICO; Félix Amador: LIBRETO Y LETRAS; Federico Barrios Fierro: DIRECTOR Y COREÓGRAFO; Ignasi Vidal: DIRECCIÓN DE ACTORES; María José Santos: DIRECTORA VOCAL; Marietta Calderón: DIRECTORA DE VESTUARIO; Ricardo S. Cuerda: ESCENÓGRAFO; Felipe Ramos: DISEÑADOR DE ILUMINACIÓN; Pablo Santos: DIRECTOR TÉCNICO; Aarón Domínguez: DISEÑADOR DE CARACTERIZACIÓN Y PELUQUERÍA; Laurence Aliganga: DIRECTOR MUSICAL. REPARTO: Teresa Ferrer: Aliena de Shiring; Cristina Picos: Aliena de Shiring; Javier Ariano: Jack Jackson; Noemi Mazoy: Ellen; Julio Morales: Tom Builder; Javier Ibarz: Waleran Bigod; Alex Forriols: William Hamleigh; Gustavo Rodríguez: Philip; Noelia Cano: Matilde; Angels Jiménez: Lady Regan Hamleigh / Cover de Ellen; Alain Damas: Lord Percy Hamleigh / Cover de Tom Builder; Rodrigo Blanco: Rey Esteban / Cover de Jack Jackson; Alberto Vázquez: Bartholomew; Ruth Ge: Elizabeth; Nicolás Colomer: Richard; Guillermo Pareja: Alfred Builder / Cover de Waleran Bigod; Pablo Abad: Remigius; Aurora Frías: Agnes Builder; Rocío Margón: Elenco / Dance Captain; Camila Puelma: Elenco; Adrián Quiles: Elenco; Ernesto Santos: Elenco / Cover de Jack Jackson; Vanesa Fernández: Elenco / Cover de Elisabeth; Juanfran Toboso: Swing / Cover de William Hamleigh; Alberto Misud: Swing; Elena González: Swing / Cover de Aliena de Shiring; Irene Barrios: Swing.

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