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LA DOLORES, de Tomás Bretón.

Foto del escritor: Pierrick MasséPierrick Massé

Actualizado: 21 abr 2024


DATOS PRÁCTICOS

Lugar: Teatro de la Zarzuela, Calle de Jovellanos, 4, Madrid

Fechas: del 27 de enero al 12 de febrero 2023

Entradas: de 5 a 50 euros ver enlace



Hay ocasiones que por sí solas son auténticos acontecimientos. Regalos absolutos. Este es el caso de la obra que estos días se presenta en el Teatro de la Zarzuela: ‘La Dolores’. Estrenada en este mismo escenario en 1895, no ha vuelto a subir al mismo desde el mes de junio de 1937 –representaciones aquellas en plena Guerra Civil– hace ahora más de 85 años. Y no solo eso, sino que también ha llovido, y mucho, desde que sonó y se vio por última vez en público, hace casi dos décadas, un montaje de la obra maestra de Tomás Bretón de quien se cumple este año el centenario de su fallecimiento. Por todo ello, por el equipo artístico y el singular reparto, y por el hecho de que con esta obra Bretón consigue al fin cumplir uno de sus grandes sueños, si no el que más, que no era otro que el de componer una ópera puramente española, es necesario, casi una obligación, acercarse al coliseo de la plazuela de Jovellanos para asistir a una de las 13 funciones que del 27 de enero al 12 de febrero resucitarán este genuino monumento de nuestro patrimonio.




El intenso dramatismo de su libreto y la genialidad de la partitura redondean una ecuación casi perfecta en la que Guillermo García Calvo –director musical de la casa- se ocupa de la dirección musical, y Amelia Ochandiano de la escénica.

Como es habitual, el foso lo ocupará la Orquesta de la Comunidad de Madrid (Titular del Teatro), y el montaje cuenta, asimismo, con otros grandes nombres en su equipo artístico. La escenografía es de Ricardo Sánchez Cuerda, el vestuario de Jesús Ruiz, la iluminación de Juan Gómez Cornejo y Miguel Ángel Berna, icono contemporáneo del baile de la jota, tan importante en esta obra, es el responsable de la coreografía que a lo largo de la obra va dibujando la esencia misma de los sentidos, que son muchos y poderosos.


Serán, además, dos repartos los que cantarán la obra de Bretón, tan genial como complicada. No es muy corriente que el público encuentre unos repartos de primer orden y equilibrio absoluto como los que presenta el Teatro de la Zarzuela en esta Dolores, y que están integrados por las sopranos Saioa Hernández y Carmen Solís, los tenores Jorge de León y Javier Palacios, los barítonos José Antonio López y Ángel Ódena, la mezzosoprano María Luisa Corbacho, la soprano Milagros Martín, el bajo Rubén Amoretti, el bajo-barítono Ihor Voievodin, los tenores Javier Tomé y Santiago Vidal, el barítono Gerardo Bullón o el tenor Juan Noval Moro.


Los acompañará en el escenario el Coro Titular del Teatro de la Zarzuela y el Coro de Voces Blancas Sinan Kay, así como 17 bailarines-actores y tres acróbatas.


El gran ejemplo de la lírica española

‘La Dolores’ es, sin duda, el gran ejemplo de la lírica española. Estrenada en el Teatro de la Zarzuela hace más de 125 años, el camino del éxito de una ópera española como esta fue lento, pero seguro. Primero conquistó al público y la crítica de la Zarzuela en Madrid y luego triunfó en el Tívoli, en Barcelona, ciudad donde quedó como obra de repertorio en diferentes escenarios. Eso sí, hay que tener presente que solo un año antes el compositor se había hecho famoso en todo el país como compositor de zarzuela con un sainete lírico: ‘La verbena de la Paloma’.

Sin embargo, en esta ocasión Tomás Bretón llevó al público a contemplar y a vivir una historia de tema rural que ya había conquistado la escena española de la época: ‘La Dolores’ de Feliú y Codina; obra realista con unas muy fuertes dosis de dramatismo, que proporcionó a Bretón –quien se encargó de dar también forma al libreto– la oportunidad de pisar firme, cantando en castellano, los escenarios de los templos líricos del país hasta entonces reductos de los modelos europeos.

Guillermo García Calvo señala que ‘La Dolores’ “es posiblemente la ópera romántica española más importante, sin duda alguna a la altura de las mejores óperas europeas de finales del siglo XIX”.

Además de la famosísima Jota, Bretón compone un impresionante mural de personajes y emociones, con nada menos que cinco cantantes masculinos, algo inaudito en el repertorio, que luchan por el amor de la soprano protagonista. Es en la música donde Bretón nos lleva de la mano por esta historia.

Amelia Ochandiano, destaca por su parte la grandeza, la luz y la pasión que encierra ‘La Dolores’: «Es una grandísima ópera española. Una partitura brillante y apasionada con un libreto lleno de matices y juegos dramáticos». Eso dice la directora de escena, que también recalca que la historia de esta muchacha, de La Dolores, se muestra como un aparente juego frívolo, festivo e intrascendente «que hemos querido resaltar en nuestra propuesta escénica, pero con un fondo siniestro y cruel que es casi imposible que no acabe en tragedia si no fuera porque Dolores no va a ser presa fácil, y sobre todo porque contra los deseos de amar, ser amado y entregarse al otro en cuerpo y alma, es casi imposible luchar».





… Sinopsis …


Acto Primero

Plaza del mercado de Calatayud

Gran animación en la Plaza de Calatayud durante el día de mercado con grupos de vendedores, alpargateros, hilanderas y beatas. En medio del bullicio, sentados ante el mesón de Gaspara, el rico Patricio comenta a su amigo Celemín el amor que siente por Dolores. Se escucha a alguien que canta una copla premonitora: «Solo a dos teclas responden en mi tierra las muchachas: al querer suena la una, la otra suena a la venganza». Ambos coinciden en señalar que la copa retrata a Dolores, rechazada por el barbero Melchor tras haberla seducido. Un redoble de tambor anuncia la llegada de soldados bajo el mando del sargento andaluz Rojas. El militar revela entre sus fanfarrones comentarios que viene con la intención de conquistar a Dolores, provocando el rechazo de Patricio, al ver surgir un nuevo rival. Se sientan en el mesón para beber vino, que les sirve la propia Dolores burlándose de sus numerosos pretendientes. Lázaro, un tímido seminarista sobrino de Gaspara, recrimina la actitud burlona de la joven con respecto a sus pretendientes. Llega Melchor airado y comunica a su antigua amante que se casa con otra más rica, lo que provoca la ira de Dolores que jura vengarse. Tras la discusión, aparece la rondalla dirigida por Patricio que toca un pasacalle. Todos participan en la fiesta con una jota, en la que Celemín realiza unos comentarios sobre Patricio. Rojas inicia torpemente una soleá, que es interrumpida por Melchor para improvisar la célebre copla en la que ofende a Dolores: «Si vas a Calatayud, pregunta por Dolores, que es una chica muy guapa y amiga de hacer favores». Dolores estalla indignada, desafiando a su antiguo amante, aunque la animación de la jota apacigua los ánimos, separándoles.


Acto Segundo

Patio del mesón de Gaspara

Gaspara aconseja a su sobrino que al volver al seminario estudie mucho para que consiga ordenarse pronto. Al quedarse solo, Lázaro lamenta que su vocación se vea turbada por su amor. Patricio llega alegre cargado de regalos para Dolores. Discute con el sargento Rojas, que fanfarronea comentando que esta caerá a sus pies cuando le vea matar el toro. Melchor apuesta con los otros dos pretendientes a que consigue una cita con Dolores para esa misma noche. Dolores, es seducida de nuevo por Melchor, cede y le cita a las diez, aunque al descubrir que Melchor solo pretendía humillarla de nuevo delante de los otros, también acuerda la misma hora con Patricio y Rojas. Una vez retirados los tres pretendientes, Lázaro, que se presenta para despedirse, le declara su amor ante la sorpresa de Dolores. Celemín les sorprende, llamando a todos para que se rían de la escena. Lázaro, con un enfado desconocido en él, le agarra del cuello hasta casi ahogarle. La pelea se interrumpe con las voces que anuncian el comienzo del festejo taurino. Celemín promete vengarse. Todos marchan hacia la plaza. Rojas, que ha dedicado su faena a Dolores, es cogido por el toro, siendo salvado por Lázaro que se lanza al ruedo. Todos celebran el inesperado triunfo del seminarista. Dolores, conmovida por su valor, ve en Lázaro un aliado valiente para su venganza y le cita también para las diez de la noche.


Acto Tercero

Sala del mesón de Gaspara

Dolores, Gaspara, Celemín y los mozos del mesón rezan el rosario dirigido por Lázaro. Al terminar, Gaspara aconseja a su sobrino que descanse ya que a las cinco partirá para el seminario. Celemín, se acerca a Lázaro para aconsejarle que olvide a Dolores porque no le conviene ya que ha estado con otros hombres, Lázaro se enfrenta de nuevo a él, amenazando a cualquiera que la ofenda. Patricio y Rojas llegan para llevarse al seminarista de ronda, que rechaza la invitación. Después Gaspara llama a Dolores para despedirla, reprochándola el haber seducido a su sobrino. Esta le aclara sus sentimientos, advirtiendo que debe marcharse antes de las diez para que no se encuentre con Melchor, Gaspara sigue el consejo y adelanta la marcha de Lázaro, que se despide emocionado de Dolores. Una vez sola, Dolores lamenta su soledad. Suenan las diez, la hora de la cita. Inesperadamente, Lázaro entra en la habitación y ambos manifiestan su apasionado amor. Después, se escucha desde fuera la copla ofensiva del primer acto, jurando Lázaro vengar la agresión. Llaman a la puerta y Lázaro se esconde en la habitación contigua. Dolores sabe que es Melchor pero engaña a Lázaro, diciéndole que es Gaspara, intentando evitar así el trágico encuentro. Melchor discute con Dolores, intentando forzarla, lo que provoca que salga Lázaro en su defensa. Tras una breve pelea, Lázaro mata a Melchor. Acuden todos a los gritos de socorro, encontrándose el cadáver, Dolores intenta proteger a su amado reconociéndose como autora del crimen, aunque Lázaro reacciona confesando su culpa.




Ficha Artística


Dirección musical Guillermo García Calvo

Dirección de escena Amelia Ochandiano

Escenografía Ricardo Sánchez Cuerda

Vestuario Jesús Ruiz

Iluminación Juan Gómez Cornejo (AAI)

Coreografía Miguel Ángel Berna


Asistente de dirección musical Lorena Escolar

Ayudante de dirección de escena Ana Barceló

Ayudante de escenografía Juan José González

Ayudante de vestuario Isabel Cámara

Ayudante de iluminación David Hortelano

Ayudante de coreografía Estíbaliz Barroso

Coordinador de acrobacias Roberto Gasca

Maestros repetidores Ramón Grau, Viviana Salisi




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Fuente: Teatro de la Zarzuela


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