La corte de Faraón: Más oro, más piel y más descaro que nunca
Actualizado: 7 feb
Si la zarzuela tuviera su propio Olimpo de la transgresión, La corte de Faraón estaría en su trono de oro y lentejuelas. Esta obra, que en su día fue calificada de "sicalíptica" (o lo que es lo mismo, lo más picante que se podía decir sin que te miraran mal en 1910), sigue reinventándose con una energía que la mantiene más viva que nunca. Bajo la dirección artística de Emilio Sagi y la dirección musical de Carlos Aragón, el Teatro de la Zarzuela vuelve a demostrar que el género chico nunca ha sido tan grande… ni tan atrevido.

Este montaje es un festín visual que no escatima en excesos: escenografía dorada, brillos por doquier, mucha piel, purpurinas y un vestuario que empieza en la opulencia faraónica y termina con guiños a la cultura pop, dejando clara su intención de jugar con el tiempo, el estilo y la picardía. Emilio Sagi firma una puesta en escena que combina elementos de zarzuela, opereta y revista, con una escenografía inteligente diseñada por Daniel Bianco, cuyo uso de escalas y profundidades aporta dinamismo a cada cuadro. La batuta de Carlos Aragón consigue extraer matices exquisitos de la partitura, alternando momentos de gran lirismo con pasajes de arrebato rítmico que elevan la energía del espectáculo.
En el apartado vocal e interpretativo, el reparto brilla con un elenco que equilibra solvencia técnica y desparpajo escénico. Luis Cansino impone desde el inicio con un timbre potente y una proyección impecable, reafirmándose como uno de los grandes nombres del Teatro de la Zarzuela. Jorge Rodríguez-Norton, en el papel del Casto José, aporta una interpretación vocal muy correcta, con agilidad en la línea de canto. María Rey-Joly y María Rodríguez deslumbran con una actuación que destaca tanto en lo vocal como en lo cómico. El General Putifar, interpretado por Ramiro Maturana, cumple con nota, aportando presencia escénica y solidez vocal en un papel que exige comicidad como autoridad. El trío de viudas negras, compuesto por Amparo Navarro, Amelia Font y Leticia Rodríguez, se convierten en una especie de Ángeles de Charlie del mundo faraónico, contagiando energía, alegría y ofreciendo momentos de gran frescura y complicidad sobre el escenario. Pero si hay alguien que se lleva los aplausos más sonoros, ese es Enrique Viana. Su Sul es una vedette en toda regla, con un carisma arrollador y una interpretación que combina humor y picardía. Viana se adueña del escenario, regalando algunos de los momentos más icónicos de la función.
Por si quedaba alguna duda, La corte de Faraón sigue siendo una zarzuela que hay que ver. Lástima que ya no queden entradas desde hace semanas. Esto nos recuerda aquellos días dorados de la Zarzuela en los que un título se mantenía en cartelera durante más de 25 funciones. Pero claro, en tiempos de recortes y agendas ajustadas, poder disfrutar de la zarzuela se está convirtiendo en una competencia donde gana quien compra más rápido la entrada. Lo que es seguro es que, mientras haya teatro, grandes voces, brillos, drama y un poco de descaro, la zarzuela seguirá reinando en su propia corte.
Dirección musical: CARLOS ARAGÓN; Dirección de escena: EMILIO SAGI; Escenografía: DANIEL BIANCO; Vestuario: GABRIELA SALAVERRI; Iluminación: EDUARDO BRAVO; Coreografía NURIA CASTEJÓN; Director del coro: Antonio Fauró
REPARTO: Lota: MARÍA REY-JOLY; Reina: MARÍA RODRÍGUEZ; Sul: ENRIQUE VIANA; Raquel: ANNYA PINTO; Ra: AMPARO NAVARRO; Sel: AMELIA FONT; Ta: LETICIA RODRÍGUEZ; El gran faraón: LUIS CANSINO (días 29, 30, 31, 5, 6, 7, 8 y 9) / ENRIC MARTÍNEZ-CASTIGNANI (días 1, 2, 12, 13, 14, 15 y 16); José: JORGE RODRÍGUEZ-NORTON; El general Putifar: RAMIRO MATURANA; El gran sacerdote: JOSÉ MANUEL DÍAZ ; Selhá: JESÚS GARCÍA GALLERA; Seti: RAFAEL S. LOBETO. Bailarines: David Acero, José Ángel Capel, Alejandro Lara, Daniel Morillo, Pedro Sánchez Gamarra, Christian Sandoval; Orquesta de la Comunidad de Madrid; Coro del Teatro de La Zarzuela
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